Es posible elaborar un banquete
para 1.400 personas, baile y títeres para los niños incluidos, totalmente
gratis.
Es posible que un alimento
desechado llegue a formar parte de un menú sabroso y nutritivo.
Es posible divertirse mientras
preparas la comida del domingo, para más de mil personas y de tener que
madrugar para ello.
Es posible disfrutar de la
amistad y del encuentro alrededor del sabio consejo de nuestros antepasados: “con
la comida no se juega”.
Es posible guardar nuestras etiquetas en el corazón, y desde ahí unirnos a otras iniciativas que apuntan al mismo fin, la vida digna y plena de los hombres y mujeres de este mundo.
Es posible comprobar cómo un
gesto humanizador es más fuerte que lo que separa a las diferentes doctrinas,
ideologías y creencias de los participantes y organizaciones contra la pobreza.
Es posible, en un momento crítico
para la conciencia social y la cooperación, realizar gestos que convoquen a la
ciudadanía alrededor de una urgencia humanitaria crónica.
Es posible que un grupo de más de
100 personas, desconocidas entre ellas, se organicen en un sólo día, alrededor
de un proyecto del que no saben mucho, han oído hablar, les parece justo,
intuyen honesto y confían.
Es posible debatir, expresar
argumentos, respetar las diferencias, decidir por mayoría, actuar con
determinación, y asumir los errores y los aciertos.
Es posible que, a pesar de las
adversidades, contratiempos y promesas incumplidas, muchos proyectos al final
se hagan realidad.
Es posible que, a pesar del mal
tiempo pronosticado, la borrasca nos hiciera un paréntesis, como lanzándose
desde el cielo un guiño a esta acción.
Es posible otro nombre menos
anglosajón, pero así conocimos esta iniciativa similar a la que realizó, hace
más de dos mil años, otro iluminado con unos panes y unos peces.
Es posible que semejante
acontecimiento, no tenga la repercusión mediática de un partido de fútbol o del
Sálvame casi diario, pero sus testigos no fueron simples espectadores, sino
protagonistas de una experiencia, de
esas que despiertan, llegan adentro,
transforman y nos hacen un poco más humanos.
Es posible preguntarnos de nuevo
cómo, después de tanto desarrollo y producción alimentaria, puede pasar hambre
1 de cada 7 personas.
Es posible que el próximo año
repitamos, no solo porque los humanos somos algo olvidadizos o porque otros
llegaron tarde, sino porque muchos no se habían enterado que existía, incluso
porque todavía seguirá sobrando comida y muchos pasando hambre.
Es posible ante un panorama de
desastres, crisis, crímenes... dar cuenta de buenas noticias como ésta que
sucedió en nuestra ciudad el domingo 21 de octubre y os hemos relatado.
Es posible que el resultado no
sea lo más importante, sino todo lo que hemos aprendido en el camino.
Es posible otro mundo, en el que
lo más importante sean de nuevo las personas, personas como tú y como yo, ni
más... ni menos.
Gracias, lo habéis hecho posible.
Manolo Vela, voluntario del Feeding Zgz
No hay comentarios:
Publicar un comentario