La
crisis se ha convertido, hoy, en una realidad imponente en nuestras sociedades
del Norte enriquecido. Una situación evidentemente muy grave, con altos índices
de desempleo y, unido a esto, situaciones de precariedad laboral, social y
humana. Situación agravada por la continua política de recortes sociales, o lo
que es lo mismo, de acoso y derribo del estado de bienestar o (por mejor
llamarlo) el estado social de derecho-s. Una paradoja nada ética. Mientras las
personas se encuentran en una mayor situación de necesidad y vulnerabilidad
social: más se desmantelan las políticas publicas y sociales, que deberían
garantizar la protección y los derechos de las personas; más se niega la
justicia social y el bien común, que es el fin de toda política e institución
que gobierna. Ahora bien, como decía un profesor y misionero jesuita
español-afincado en el Salvador-, los países del Tercer Mundo (el Sur
empobrecido del planeta) llevan décadas y décadas en crisis permanente. Y crisis
mucho peor que la nuestra, donde los adultos y, todavía peor, los niño/as: se
mueren de hambre; sufren y fallecen por enfermedades fácilmente curables; son
esclavizados por la explotación laboral, en la calle y en la guerra, en el
tráfico o turismo sexual, en el robo de sus órganos, etc.
Ahora
bien, con todo esto no pretendemos ni minusvalorar la grave situación de la
crisis que sufrimos en España y en el resto de Europa, ni “pesar pobres” a ver
quien vale más. Solo queremos pro-vocar (llamar a) la atención para que nuestros
acuciantes problemas en el Norte (aún) enriquecido, no impidan olvidarnos de la
todavía más dramática situación que padece el Sur empobrecido, como África,
America Latina y buena parte de Asia. Se trata de que tomemos conciencia que la
verdadera fraternidad, solidaridad y justicia es con toda la familia humana, es
universal e internacional, global. La ética o es fraterna, universal y mundial,
cosmopolita o cae en un individualismo y corporativismo inhumano e insolidario.
Además, conocemos más que de sobra que en nuestra era de la globalización,
las propuestas y
acciones solidarias, sociales y transformadoras, si de verdad quiere ser éticas
y efectivas (liberadoras): deben ir la raíz de las necesidades y problemáticas
sociales de nuestro mundo global; esto es, la injusticia y
desigualdad planetaria, generada por el pensamiento único y sistema global del
neo-liberalismo/capitalismo, hoy sobre todo financiero-especulativo.
Efectivamente, el empobrecimiento del Sur y la crisis del Norte tienen su misma causa en la
economía capitalista de casino (especulativa), hoy global,
impuesta por los amos del mundo. Es decir, empresas multinacionales y
coorporaciones financieras-especulativas con sus ídolos del beneficio, el
mercado y la competitividad a los que se sacrifica vida
humana.
Este
análisis que hacemos está presente en lo más significativo de la cultura y de
los movimientos históricos. Tales como el movimiento obrero, de la mujer, el
voluntariado solidario o los nuevos movimientos sociales, que han experimentado
una actual confluencia y expresión trascendental en los Foros Sociales Mundiales, surgidos en
Porto Alegre (Brasil). Es la hora, pues, de esta Alianza solidaria por la
justicia global contra el empobrecimiento y la injusticia en el mundo (el
hambre, miseria y crisis sistémicas), generadas por el inmoral capitalismo. La
erradicación del empobrecimiento (la pobreza cero) y otro es mundo es posible
desde dicha globalización de la solidaridad y la justicia. Para que se termine
así con el capitalismo y con cualquier otra injusticia, que impida la igualdad y
la libertad. Es posible y es nuestra esperanza, porque además nos los muestra la
historia. Y es el sentido y felicidad como fruto de esta
solidaridad.
Agustín
Ortega (Centro Loyola, Pobreza Cero Gran
Canaria)
Lamentado
terriblemente las noticias sobre la Cooperación
Catalana.
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viernes, 27 de julio de 2012
Crisis y solidaridad global contra la Pobreza #EsPosible
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