Este es el revelador título de un reciente informe de Naciones Unidas que recuerda a todos, y especialmente a gobiernos e instituciones, la urgente necesidad de cumplir con los compromisos adquiridos en la lucha contra la pobreza.
A menos de 4 años para 2015, plazo acordado por la comunidad internacional para alcanzar con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y en un contexto de crisis en el que de manera cada vez más recurrente se revisitan agendas y prioridades, resulta imprescindible resaltar la vigencia de la apuesta que desde España y mucho otros países se ha hecho por estos Objetivos que representan el mayor marco de consenso para luchar contra la pobreza extrema en el mundo.
Desde su formulación en el año 2000, los Objetivos del Milenio han proporcionado un enfoque claro en esta lucha: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad entre géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, malaria y otros enfermedades y garantizar un medio ambiente sostenible. Todo ello impulsado por una alianza mundial para el desarrollo que está produciendo importante resultados, pero que debemos reforzar.
En la última década los Objetivos del Milenio han contado con el apoyo decisivo de gobiernos, instituciones y sociedad civil permitiendo impulsar cambios en políticas y la movilización de miles de millones de dólares en recursos- con resultados claros. La pobreza se ha visto reducida en muchos aspectos: hoy hay más niños escolarizados que nunca, la mortalidad infantil ha descendido dramáticamente (de 12.4 millones en 1990 a 8.1 millones en 2009), las muertes por malaria han descendido un 20% globalmente entre 2000 y 2009, la lucha contra el VIH/SIDA y tuberculosis está teniendo impacto y se ha incrementado notablemente el acceso a agua potable en todas las regiones del mundo: 1.100 millones de personas en zonas urbanas y 723 millones de personas en zonas rurales obtuvieron mejor acceso a agua potable entre 1990 y 2008.
Pero aún queda mucho por hacer porque a pesar de los avances alcanzados, estos han tenido un impacto desigual.
Millones de personas – particularmente los más pobres y marginados, las minorías, las mujeres y las niñas- se están quedando atrás y siguen viviendo en la pobreza. Las desigualdades entre y dentro de los países siguen siendo enormes. Y el actual contexto de crisis mundial amenaza con frenar o incluso revertir algunos progresos alcanzados.
Pero lejos de paralizarnos, esta realidad debe impulsar una mayor voluntad por alcanzar los Objetivos del Milenio. Y esto solo se podrá lograr cumpliendo con los compromisos adquiridos: la comunidad internacional deben esforzarse por dar cumplimento a todos sus compromisos de ayuda al desarrollo, reformar políticas comerciales en la Ronda de Doha que permita el acceso justo a los mercados por parte de los países del sur, avanzar en medidas que permitan a los países deudores una mayor capacidad para la gestión de su deuda, eliminar los obstáculos que impiden el acceso de estos países a medicamentos esenciales a precios asequibles y apoyar su acceso a las nuevas tecnologías que pueden acelerar su desarrollo.
Sólo quedan 4 anos para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, para reforzar políticas de desarrollo claras y coherentes, intercambios comerciales equitativos y un sistema financiero que permita mejorar las condiciones de vida millones de personas en el mundo, garantizando un desarrollo sostenible y justo en el que quepan todos. Es hora de cumplir.
Amalia Navarro es Coordinadora de la Campaña del Milenio de Naciones Unidas en España.
A menos de 4 años para 2015, plazo acordado por la comunidad internacional para alcanzar con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y en un contexto de crisis en el que de manera cada vez más recurrente se revisitan agendas y prioridades, resulta imprescindible resaltar la vigencia de la apuesta que desde España y mucho otros países se ha hecho por estos Objetivos que representan el mayor marco de consenso para luchar contra la pobreza extrema en el mundo.
Desde su formulación en el año 2000, los Objetivos del Milenio han proporcionado un enfoque claro en esta lucha: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad entre géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, malaria y otros enfermedades y garantizar un medio ambiente sostenible. Todo ello impulsado por una alianza mundial para el desarrollo que está produciendo importante resultados, pero que debemos reforzar.
En la última década los Objetivos del Milenio han contado con el apoyo decisivo de gobiernos, instituciones y sociedad civil permitiendo impulsar cambios en políticas y la movilización de miles de millones de dólares en recursos- con resultados claros. La pobreza se ha visto reducida en muchos aspectos: hoy hay más niños escolarizados que nunca, la mortalidad infantil ha descendido dramáticamente (de 12.4 millones en 1990 a 8.1 millones en 2009), las muertes por malaria han descendido un 20% globalmente entre 2000 y 2009, la lucha contra el VIH/SIDA y tuberculosis está teniendo impacto y se ha incrementado notablemente el acceso a agua potable en todas las regiones del mundo: 1.100 millones de personas en zonas urbanas y 723 millones de personas en zonas rurales obtuvieron mejor acceso a agua potable entre 1990 y 2008.
Pero aún queda mucho por hacer porque a pesar de los avances alcanzados, estos han tenido un impacto desigual.
Millones de personas – particularmente los más pobres y marginados, las minorías, las mujeres y las niñas- se están quedando atrás y siguen viviendo en la pobreza. Las desigualdades entre y dentro de los países siguen siendo enormes. Y el actual contexto de crisis mundial amenaza con frenar o incluso revertir algunos progresos alcanzados.
Pero lejos de paralizarnos, esta realidad debe impulsar una mayor voluntad por alcanzar los Objetivos del Milenio. Y esto solo se podrá lograr cumpliendo con los compromisos adquiridos: la comunidad internacional deben esforzarse por dar cumplimento a todos sus compromisos de ayuda al desarrollo, reformar políticas comerciales en la Ronda de Doha que permita el acceso justo a los mercados por parte de los países del sur, avanzar en medidas que permitan a los países deudores una mayor capacidad para la gestión de su deuda, eliminar los obstáculos que impiden el acceso de estos países a medicamentos esenciales a precios asequibles y apoyar su acceso a las nuevas tecnologías que pueden acelerar su desarrollo.
Sólo quedan 4 anos para cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, para reforzar políticas de desarrollo claras y coherentes, intercambios comerciales equitativos y un sistema financiero que permita mejorar las condiciones de vida millones de personas en el mundo, garantizando un desarrollo sostenible y justo en el que quepan todos. Es hora de cumplir.
Amalia Navarro es Coordinadora de la Campaña del Milenio de Naciones Unidas en España.
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